SIEMPRE VUELVE A SALIR EL SOL

Cual planta o florecilla me voy despertando del letargo, ha salido el sol, y ya calienta un poco la piel y el alma, todo se vuelve de colores, dejando el gris atrás y pintando las cosas y los pensamientos de tonos cálidos.
Después de un fin de semana de escapada a Donosti, recorriendo esa ciudad increíble y preciosa, de muchos txacolís, pintxos, risas y buen rollo, de volver a disfrutar sin más de las horas, de las charlas, del mar, de esos hombres del norte, recios, recios, mmm ;-), vuelvo a los madriles y a la rutina, con las pilas más cargadas y con ganas de volver a meterme de cabeza en la vida, dejar de verla pasar delante de mí, para zambullirme de lleno en ella.