PALABRAS

Palabras cómo dardos, cómo balas, disparadas justo al centro del corazón, o del sexo, tu boca pegada a mi oreja, susurrando "tengo muchas ganas de quitarte toda la ropa", en un bar cualquiera mientras tomamos unas copas, tú, detrás de mí, tu pecho pegado a mi espalda, tu sexo pegado a mis nalgas, notando tu aliento en la nuca, me mordisqueas el lóbulo de la oreja, te acercas a mi oído, palabras que recorren mi espina dorsal, palabras que me cuentan todo lo que te apetece hacerme y mi cerebro, mis sentidos, mi sexo imaginan, y no puedo evitar suspirar y cerrar los ojos, tu voz cómo detonador de mi líbido.
Palabras húmedas, salvajes, tiernas, mis vellos de punta, mi sexo ardiente y sólo tu voz, susurrando en mi oído, a veces aún me parece oírte, la voz ronca, el aliento cálido ... "Me apetece verte desnuda".

CERRANDO CÍRCULOS

Llevo una buena temporada atrapada en laberintos, círculos, escaleras de peldaños infinitos ... de vez en cuándo me asomo a una ventana, pero no me atrevo a saltar y salir, atrapada por los recuerdos, las cabezonerías, el trabajo basura, los aburridos días rutinarios, las mismas conversaciones, la falta de dinero, atrapada en el recuerdo de tu lengua, de tus ojos viciosos, de tus manos que moldean ...
Hace unos días alguien me envío un email con un texto de Paulo Cohelo, Cerrando círculos, dejar que las cosas y la gente que ya no está se vaya, no aferrarse a lo que ya no nos sirve, a los que ya no nos quieren, cerrar etapas, dar vuelta a la hoja y empezar otra en blanco ... a ver si me aplico el cuento y suelto las cuerdas ...