
El cosquilleo, como alas de mariposas rozándome, por todo el cuerpo cuando me miras con deseo, noto tu mirada, traviesa, sonriente, bajando de mi boca a mi pecho, y es como un latigazo, como si pudieras acariciarme con ella, marcar el territorio que marcarán después tus labios cálidos, dejando surcos en mi piel.
La piel se abre en mil manos que acarician cada poro de nuestros cuerpos, multiplicándose las bocas, los dedos, los dientes, para no dejar nada sin crear, dos pieles que se funden en una sola, los cuerpos licuándose en un licor embriagador del que ambos bebemos, el uno del otro, para emborracharnos de placer.
Tus ojos como mariposas del deseo.
5 comentarios:
No hay más que añadir, tu lo dijiste... sensualidad.
Un abrazo
Precioso Luna, felicidades.
Embriagado de metáforas precisas, perdón por haber eliminado el comentario anterior, cometí un par de faltas de ortografía.
hermoso lleno de sensualidad me encanta!!
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